No soporto a Aznar para ir de cañas

No soporto a Aznar para ir de cañas, porque se le mojaría el bigote, porque en el caso improbable de que se riera, creería que se le ha clavado una espina en la encía, porque a la segunda caña empezaría a hablarme con acento inglés de su amigo Bush. En cambio con Zapatero podríamos bebernos yo y mis amigos todo el barril sin dejar cerveza a nadie más y no dejaría de sonreirme y si me quiero ir a otro bar, porque cambiar de parroquia es bueno, sé que me pagaría las cañas consumidas sin variar su talante. Y además podría pedir toda clase de tapas y siempre me diría Yes. La pena es que muy pocos sabemos que este talante es perfecto para ir de cañas y nefasto para gobernar un pais con demasiados bares