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nomichaelmoore

¿A que no me soportáis a mí?

Ya sé que os vais a rasgar las vestiduras cuando leáis ésto, pero no me preocupa, porque sé, que si no a todos, a muchos de vosotros os entran ganas de estrangular a alguien en situaciones cotidianas. Vamos , no voy a ser la única, digo yo.

¿Quien no tiene a diario alguna fantasía asesina ?
Por ejemplo: Estás parado en un semáforo e inmediatamente que se pone en verde, te toca un impaciente detrás, te toca la bocina y te toca las narices. ¡Te entran unas ganas de dar marcha atrás celeradita y dejarlo allí con el volante estampado! ¡Por tocapelotas!
Lugar de trabajo, cartelito de prohibido fumar, y el de turno, que enciende el cigarrito de marras. Cogería el cigarrito, se lo metería en la boca, pero al revés y, por Dios, por Dios que no se apague.
Estás parada con el intermitente esperando atravesar una fila de coches y que alguien te deje un hueco de nada, si es que tú cruzas enseguida y te vas , si es que ya llegas tarde a recoger al niño que hoy tiene hora en el dentista. Y no es que ninguno se pare para dejarte pasar, es que se paran ellos y no te han dejado el hueco para que tú pases. ¡Cómo te gustaría tener un tanque en ese momento y aplastar a dos o tres, total no mucho y pasarles por encima!
Y esa hilera de carritos de Hipermercado larga, larga y la de al lado con 3 carritos, y piensas : al siguiente que venga e introduzca el carrito en la fila larga y no compense las filas, a ese cretino ,precisamente a ese, me lo cargo, porque sí. ¿Habrá motivo más tonto que éste?.

1 comentario

RaHulk -

La muerte es demasiado piadosa para el malnacido que te pita desde su coche para apremiarte en un semáforo a que reanudes la marcha. Es mejor el método que me enseñó mi padre, un hombre muy sabio: cuando un impaciente hace sonar el claxon detrás suyo, él cala el motor de su coche. A continuación, sale y abre el capó, como si hubiera sufrido una avería y hace como que trastea con el motor un rato, mientras que el imbécil y su bocina se precipitan irremisiblemente a la locura, carcomidos por los nervios. Debes probarlo un día de estos. Te mueres de risa en lugar de cabrearte.