No soy una persona normal

Yo soy rara,rara,rara, que vaya por delante y que quede claro.Fijáos si seré rara que me gustan los lunes y sus expectativas de una semana sorprendente.

Y yo veo a mi alrededor que la cosa no funciona así. En las mesas de las personas normales hay macetas traídas de casa, postales de viajes, en las pantallas de los ordenadores están las fotos de los niños a tamaño pantalla. En las mesas de las personas normales se forman corrillos para enseñar las fotos de las últimas vacaciones familiares o de la boda de la prima. En las mesas de las personas normales se habla de cómo erupta el hijo, las contestaciones de la hija, las recomendaciones de la abuela, las intromisiones de la suegra. En las mesas de las personas normales se habla de las obras de reforma de la casa con plano incluido , del coche nuevo, del nuevo ordenador y del nuevo DVD. Y si tienes la alegría de quedarte embarazada, todas las conversaciones dirigidas a ti girarán en torno a pañales, biberones, pediatra, estrías, varices, vitaminas, caída de pelo que es facilísimo que te entre un complejo de porta-bebé que no te lo quitas en un año. De ahí viene la depresión post-parto, al menos la mia, que no me la quité hasta que, una vez soltado mi querido bebé, pude ir a una lencería a comprarme todos los modelos de ligueros que encontré.

Así que decidí a mi vuelta al trabajo colocarme un liguero cada día y no hablar mucho con las personas normales.